Investigadores de la Universidad de Durham han descubierto que los perros modernos no están tan bien adaptados para distinguir entre la amabilidad y el miedo como sus antepasados lobos. Según los científicos, esto se debe en parte a que el mestizaje ha acentuado en los perros rasgos como arrugas excesivas, orejas caídas y hocicos más cortos, que pueden limitar la capacidad de los perros para expresar sus emociones.
Los expertos llegaron a esta conclusión tras analizar vídeos de lobos cautivos y perros domésticos, en los que evaluaron cómo reaccionaban los animales ante determinadas situaciones y cómo se comunicaban en distintas interacciones sociales. Identificaron una serie de emociones, como la ira, la ansiedad, el miedo, la sorpresa y la alegría, entre otras, y descubrieron que en el caso de los lobos la precisión a la hora de comunicar emociones era del 71%, mientras que en los perros de distintas razas esta cifra descendía al 65%.
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